La afición entera se ha
venido preguntando en estos últimos meses quién es y de donde ha salido “El
Turia”, por obra y gracia de tres triunfos clamorosos e inolvidables de la
plaza valenciana.
Cuando hizo su presentación
en Valencia, era un desconocido del que únicamente sabían los valencianos que
era de la “terreta”, porque así lo anunciaban los carteles. En Barcelona, los
que viven cerca del mundillo taurino sabían algo más. Sabían que Paquito
Barrios era un torero de una fuerte personalidad y de valor a toda prueba, como
había dado buena muestra de sus aptitudes de torero al desorejar y además
cortarle el rabo al primer novillo que mató en su vida, siendo ésta también la
primera vez que se vestía de torero. Ocurrió la cosa el día 10 de mayo,
alternando en novillada picada con Chacarte y Rafael Pedrosa, saliendo en
hombros en unión de sus compañeros. Después volvió a torear por diversas plazas
de menor cuantía, hasta que en el mes de junio, concretamente el día 7, volvió
a Gerona con los mismos compañeros de cartel y volvió a cortar orejas y ser
sacados en hombros los tres espadas.
Y así siguió toreando
novilladas picadas y sin caballos, pues aun cuando el torero era una gran
promesa próxima a la realidad esplendorosa, no estaba lo que en términos
taurinos se dice “hecho” y había que placearlo. Cuando su apoderado D. Domingo
Fernández creyó que el torero estaba a punto, le llevó a Valencia con una
novillada de Lancha, en la que triunfó de forma clamorosa al cortarle a su
primer novillo las dos orejas, rabo y pata, tras un faenón en el que "El Turia" llegó a las más altas cimas de la perfección torera. Hubo una nueva actuación en la
plaza valenciana, esta vez sin suerte con el estoque, lo que le ocasionó
escuchar dos avisos, pero las dos grandiosas faenas que instrumentó fueron de
una hondura y de un sabor tal, que el público entusiasmado lo sacó en hombros
de la plaza, al igual que la tarde de su presentación.
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"El Turia" con los trofeos conquistados: orejas, rabo y pata. |
Pero sólo habían sido dos
actuaciones y “El Turia” quería dejar bien sentado que su éxito no había sido
producto de la suerte o de alguna circunstancia favorable, pues justo es
reconocer que en ninguna de sus actuaciones le cupo en suerte un toro que le
permitiese bordar el toreo, con lo que su triunfo se acentuó aún más, al
presentarse como un lidiador inteligentísimo y un artista de desbordante
inspiración.
Capote y muleta se mueven en sus manos sin movimiento
brusco, sin un mal gesto que descomponga la figura y con un temple y un dominio
tal que permite contestar a la pregunta que se viene haciendo la afición entera
con la siguiente frase: Francisco Barrios “El Turia” es un caso insólito en la
historia del toreo. Es un Domingo Ortega adaptado a las exigencias modernas.-
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Francisco Barrios "El Turia" |
Barcelona, 28 de Enero de
1954
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