Monumental

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jueves, 13 de julio de 2017

NOVILLEROS EN LAS ARENAS: ENRIQUE MOLINA

TRIUNFO DE ENRIQUE MOLINA EN LA NOCTURNA DE LAS ARENAS

Barcelona, 23 de agosto de 1958

Una gran entrada la que registró este sábado el simpático y alegre coso de Las Arenas para presenciar una novillada, en la que actuaban Enrique Molina, “El Tano” y Fernando Zabalza, los cuales eran los encargados de matar una novillada, grande y cornalona, de los herederos del señor conde de Ruiseñada, que fueron mansurrones en general para los montados y no dejaron ver su verdadero estilo por decididos que estuvieran los espadas. El corrido en sexto lugar era un verdadero pájaro con mucho peligro.

Un triunfo resonante, definitivo, ha sido el alcanzado por Enrique Molina. En sus dos toros (toros por su edad y cuajo) ha estado torero, dominador y artista. Sus lances a la  verónica, adelantando la pierna contraria en el momento del embroque, su toreo por bajo, con la derecha y al natural ha revestido una belleza tal que no dudamos en clamar a los cuatro vientos que nos encontramos, a poco que la suerte le acompañe, ante una auténtica figura del toreo. Escuchó música en sus dos trasteos muleteriles, cortó una oreja en su primero y perdió las dos del cuarto por no tener suerte con el descabello.

El Tano cortó una oreja  y Zabalza vuelta en su primero y silencio en el que cerraba plaza.


G. DE CORDOBA

Enrique Molina en una imagen
de Valls para El Ruedo 1958

Molina repetiría cartel el jueves 28 de agosto con novillos de don Alejandro y don Victoriano Tabernero de Paz dieron regular juego y ofrecieron serias dificultades para los de a pie que se vieron aumentadas por el fuerte viento reinante.

Enrique toreó de salida a su primero de manera primorosa, cargando la suerte. Los cinco doblones rodilla en tierra que dieron principio a su faena muleteril arrancaron los primeros oles y la primera gran ovación. Vinieron después unos trincherazos garbosos y toreros, que fueron rubricados con un gran pase de pecho. Molestado por el viento toreó al natural y con la derecha. Mató de un pinchazo hondo bien puesto y hubo petición de oreja y vuelta al ruedo. El cuarto era un novillo corretón y manso que hizo toda la lidia huyendo y barbeando en tablas. Ante la imposibilidad de lucimiento, lo despachó de dos medias estocadas, siendo nuevamente ovacionado.

Enrique Molina doblándose con su primero

Nota del Blog:

ENRIQUE MOLINA pertenecía a ese grupo de novilleros que en los años 50 reunían cualidades más que sobradas para ser toreros y a los que el aficionado de Barcelona tenía ganas de ver. Toreros muy compuestos y prometedores como Ángel Luis Mellado, Carlos Vidal, El Greco, Sánchez Saco, Ramón Arasa Fuentes, “Chiquilín”, “Agustinillo”, Marcos de Celis, Joselito Clavel, Manuel de la Haba Vargas, , Juan de los Ríos, Manolo Granero, la escuela en pleno de “Pedrucho”… que andaban por aquel entonces reclamando la atención de Balañá y que junto a “Chamaco”, Bernadó, El Turia, Mariscal, Bravo y otros  contribuyeron a despertar la fiebre taurina que había en Barcelona y que no existió en ninguna otra parte de España. 

CURRO FETÉN.