“LA CLAVE DE LA FIESTA”
Curro Fetén |
Este artículo se lo dedico
a los buenos aficionados, a los que todavía saben de estas cosas, a los que ven
en peligro nuestra hermosa fiesta y saben dónde está el mal y no pueden
remediarlo… A ellos dedico estas líneas, pues ellos me las inspiraron con sus
comentarios y sus lamentaciones. Con la independencia necesaria para escribir,
quiero señalar dónde está el problema que, cada día más grave, constituye la
preocupación de los que entienden de
estas cuestiones que ven y se percatan de que la decadencia de la fiesta
nacional no obedece a la falta de fenómenos sino a la falta de toros.
La cría del toro de lidia
es para muchos de los que se dedican a ello una cosa de lujo, siempre con el
deseo de quedar en buen lugar aunque les cueste lo suyo, como ocurre a muchos
ganaderos a los que su divisa les supone una considerable pérdida de dinero.
Otros, por el contrario, se hacen llamar pomposamente “señores ganaderos”
cuando en realidad por su falta de escrúpulos el nombre que mejor les cuadra es
el de “ganaduros”. Cuando el ser ganadero de reses bravas era sólo un lujo, los
propietarios de las diferentes camadas gustaban de competir en la nobleza y
presentación de los toros salidos de sus dehesas y anteponían su dignidad de
ganadero al lucro monetario que le pudiera producir. Pero desgraciadamente, ese
tiempo, si no ha pasado, poco le falta. Un tiempo en el que los ganaderos
sabían ser ganaderos, los toreros, toreros y el público, buen aficionado.
Hoy impera el mercantilismo
en la fiesta y los señores ganaderos van poco a poco desapareciendo para dar
paso a los ganaduros, que suena casi igual, pero es muy diferente. Y así se ven
esos toros sin poder y sin bravura que empequeñecen la fiesta, que inspiran
lástima, que no dan la sensación de fiereza que deben dar para que el
espectáculo gane en prestigio y hermosura y hacen, finalmente, que las plazas
se vean desiertas en aquellas ciudades donde la gente entiende lo que hay en el
fondo de una corrida de toros y no quieren corridas ni regaladas.
En resumen, si queremos
cultivar la fiesta y fomentarla, hay un medio: el toro. Sin este, nada es
posible. Regatear a la afición lo que ésta pide y paga es matar la fiesta.
Elementos hay, porque hay ganaderos conscientes que quieren, pueden y deben
cumplir y matadores que al toro con puntas y sin ellas les hacen cosas que
sueñan los aficionados.
Basado en el artículo "La clave de la Fiesta" publicado en la revista "Sangre y Arena" N. 2 de marzo de 1924.
NOTICIAS TAURINAS DE
SOCIEDAD
El banquete ofrecido en el
Club taurino Julio Aparicio en honor de JOSELITO CLAVEL resultó un gran éxito.
Y es que Joselito cuenta con muchas simpatías entre la parte sana de la
afición, esto es, los no taurinos propiamente hablando, que no quieren porque
no les conviene enterarse del gran torero que Joselito Clavel lleva dentro.
Le fue ofrecido un diploma
pergamino por el presidente de la Peña, D. Vicente Jiménez, en el que se hacía
constar la fe que los socios de la simpática sociedad tienen depositada en
Joselito.
A los postres hubo tiros
entre los comensales por tomar la palabra. Una prueba más de la simpatía y
admiración que despierta el “torero del Club”, como simpáticamente le llaman.
Entre los comensales que hicieron uso de la palabra estaban D, Julio Gallego
Alonso, D. José M. Riba Ledo, D. Rogelio Ferri, el Sr. Marcet, tesorero de la
entidad y los novilleros Carlos Vidal y Manolo Marcet, así como el antiguo
presidente Sr. Guerrero.
Con sentidas palabras
Joselito Clavel agradeció el homenaje que se le tributaba prometiendo poner de
su parte lo que fuera necesario para no dejar nunca en mal lugar a tantos
amigos como en él confían.
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Recordatorio cena-homenaje |
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Menú y dedicatorias |
EL PERSONAJE DE LA SEMANA: JUAN
BELLIDO “CHOCOLATE”
Sin duda alguna, una de las
revelaciones de la temporada pasada fue la del joven banderillero cordobés Juan
Bellido “Chocolate”. El muchacho llegó a Barcelona en cumplimiento del Servicio
Militar y con su simpatía y buenos modales se granjeó el afecto de todos los
taurinos y así le vimos debutar como subalterno en una novillada picada de
Concha y Sierra, en la que hicieron su presentación en Barcelona los novilleros
Pepe Ordóñez, hijo menor del gran Cayetano; Ángel Martorell, hermano de José
María, el extraordinario matador de toros cordobés y Rafael Jimenez “Chicuelo
Hijo”. Tal fue su éxito, que desde su presentación ha toreado 12 festejos en
nuestras plazas y media docena de corridas en Francia, dejando constancia en
todos ellos de su valer para tan difícil menester.
“Chocolate” es un caso de
constancia, afición y fe en el triunfo, por lo que día tras día lo encontramos
más seguro ante los toros. Domina a la perfección el segundo tercio, lo que le
permite encontrar toro en todos los terrenos. Con el capote no ha tenido muchas
ocasiones de lucimiento, pero recordamos que a un novillo que era un verdadero
toro de Tabernero de Vilvis, nuestro hombre lo corrió a una mano con tal
prestancia y conocimiento que se ganó una gran ovación.
Sus comienzos, como tantos
otros, los inició en los tentaderos y en las capeas pueblerinas, hasta que en
el año 1949 vio cumplido su mayor deseo: vestir el traje de luces y en Córdoba.
En 1950, aun cuando reunía condiciones para ser matador, percatado de lo
difícil que es ser espada sin contar con padrinos que le apoyaran, cambió los
trastos toricidas por las banderillas y se dio a conocer como tal en Córdoba en
una novillada sin picadores, alcanzando un gran triunfo al lograr clavar cuatro
pares de irreprochable factura.
Esta actuación le valió
torear un gran número de novilladas a las órdenes de Alfonso González “Chiquilín”,
Ángel Martorell, Manolín Sánchez Saco, la última revelación de la ciudad de los
Califas, Antonio y Manolo de la Haba Vargas, hijos del ex matador de toros “Zurito”
y Bartolomé Jiménez Torres.
Juan Bellido “Cocolate”
cuenta en la actualidad 23 años de edad y une a su carácter abierto y simpático
toda la sobriedad de la tierra que le vio nacer. Debe su apodo de “Chocolate” a
que sus tíos, famosos taxistas de Córdoba, son muy morenos y como ellos, así
fue llamado. Ante él se abre un porvenir risueño y lleno de triunfos que le
llevarán a la cumbre de la profesión. Mucha suerte es lo que le deseamos!
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