Monumental

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sábado, 19 de marzo de 2016

Novillada 14-3-54 Chamaco, Luis Díaz, Victoriano Posada, "DESDE BARCELONA" para "Toros y Deportes"

LA TERCERA NOVILLADA DE LA TEMPORADA. LOS TRES MATADORES SALEN EN HOMBROS 14-3-54

Buena novillada la de ayer. Hubo toreros y hubo toros y sin la inseguridad del tiempo, se habría llenado la plaza, porque el cartel en general y particularmente la repetición de "Chamaco", tiraba con fuerza.

En primer lugar se corrió un novillo de los Herederos de Galache, que dio excelente juego y después, cinco del Vizconde de Garci-Grande que, si por su presentación componían una corrida de toros, por su resultado merece plácemes al ganadero y por eso fueron justos los aplausos tributados al mayoral. El sexto toro fue el más poderoso y más grande.

            Luís Díaz, el primer matador, oyó música en sus dos faenas de muleta, mucho más lograda la segunda que la primera. En la aplicada al Galache, pinchó cuatro veces y descabelló al primer intento. En su mencionada labor con el cuarto demostró que es un novillero muy puesto en sazón, que torea con holgura, sabe andar entre toros y aclimata a las condiciones de éstos sus actuaciones y como mató con una buena estocada, le concedieron una oreja y dio la vuelta a la periferia entre una gran ovación. Se lució en sus dos enemigos lanceando con el percal.

Un natural de Luis Díaz al segundo de su lote.
            También a Victoriano Posada le tocaron música en sus dos faenas. Gran muletero es el salmantino. Con técnica de dominador manejó el engaño ante el segundo toro de la tarde y hubo pases largos y mandones con la mano derecha (con la mano izquierda punteaba el enemigo) que produjeron generalalborozo. Cuatro veces tuvo que herir por no hacer humillar a la res con la mano izquierda en el ataque. Descabelló a la primera y en premio a su tarea muleteril, le ovacionaron al dar la vuelta al ruedo. En el quinto llevó a cabo una faena soberana, a base de pases naturales espléndidos con una y otra mano, hechos con longitud opulenta algunos de ellos. Los molinetes de rodillas y otros vistosos adornos produjeron gran alboroto y los aficionados disfrutaron de la gran labor muletera que se les ofrecía. Y aunque hirió por cuatro veces, le concedieron la oreja por aclamación y dio la vuelta al anillo a la que siguió la de los tres matadores acompañados del mayoral de la vacada.

Victoriano Posada con el segundo toro de la tarde
            
El tan traído y llevado Chamaco confirmó la impresión que produjo el domingo anterior y dio la nota patética de forma arrebatadora haciendo que el público le aclamara hasta enronquecer. El estatismo y valor adquirieron en el un sentido temperamental y es tanta la emoción que produce, que el crítico boga también en la misma marea de sentimientos que el público. Sus dos faenas de muleta las realizó impávido, sereno, frio, aguantando las acometidas de las reses sin pestañear y las ovaciones se sucedieron incesantes. Su primera faena resultó más completa porque, después de un pinchazo, acertó con media estocada de muerte y como fue cogido al recetarla, aumentó la emoción de que participábamos todos. Excusado es decir que se produjo un entusiasmo delirante y que le concedieron las dos orejas, amén de hacerle dar dos vueltas al ruedo. En el sexto, el mayor de todos y el de más poder, como queda dicho, fue cogido dos veces y por no acertar tan pronto con la espada, perdió la oreja. Lanceando de capa, imponente sobre todo en las medias verónicas finales de la más pura esencia belmontina.

                     
"Chamaco" lanceando de capa.

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