Monumental

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jueves, 8 de diciembre de 2016

LA ALTERNATIVA DE VICTORIANO VALENCIA. Barcelona, 27 julio de 1958


Desde el día anterior no había una sola entrada para presenciar este magno acontecimiento. Victoriano Roger, Valencia, tomó la alternativa de manos del veterano y siempre joven maestro Antonio Bienvenida, siendo testigo de la ceremonia Antonio Ordóñez, el grandioso artífice del toreo.

Cartel a toda página publicado en El Ruedo
 junto a la crónica de la alternativa de G. DE CORDOBA


Los toros elegidos para tal acontecimiento pertenecían a la vacada de doña Eusebia Galache de Cobaleda, no ofrecieron muchas facilidades y mansurronearon lo suyo, pero la maestría de los tres espadas hizo que el festejo resultara interesante y que el público saliera satisfecho de la Plaza.

Galonero se llamaba el toro de la alternativa, era negro y estaba marcado con el número 27 y de buena lámina.

El neófito iba vestido con un precioso terno caña y oro, con corbatín negro y brazalete del mismo color por la reciente muerte de su padre.
Victoriano, con una corrida de prueba para él, ha tenido una actuación que no dudamos en calificar de triunfal, dadas las pésimas condiciones de los galaches. Parecía en todo momento no un matador de toros novel, sino un torero con muchos años de alternativa y por ello salió triunfante de tan dura prueba y supo no desentonar y estar a la altura de las figuras del toreo, su padrino y el testigo de la ceremonia.

Quizá éste sea el mejor elogio que podemos hacerle, porque sus compañeros han tenido una actuación brillante y tienen una ejecutoria por demás gloriosa. Pero no. Victoriano ha hecho algo más que tomar la alternativa y estar torero. Ha estado en figura del toreo.

Lanceó muy bien al toro de la alternativa, siendo superiores por el temple y el mando las verónicas por el lado izquierdo así como la medía final. Ovación que se repite después al quitar en unos lances vistosos y toreros.


Emoción. Antonio Bienvenida da la alternativa de matador de toros a Valencia. Testigo, Antonio Ordóñez. Y ya está. Valencia es matador de toros y forma con sus compañeros un triunvirato de señores del toreo. Abrazos al padrino y al testigo, brindis a su hermano Pepe y a su amigo íntimo señor Navarro. Brindis al cielo en memoria de su padre y brindis al público. 

El momento de la ceremonia.

Victoriano brindando su primer toro a su hermano Pepe

Y a tales señores, tales honores. Inicia la faena con unas magníficas dobladas para, ya a los compases de la música y entre ovaciones, cuajar una faena honda, de torero hecho en plenitud de su arte. Ayudados por alto majestuosos y el remate por bajo, ayudado, digno de un cartel o toros. Vino después el capítulo de los naturales y los derechazos, en los que el torero corrió la mano admirablemente, aunque el toro se le negase a tomar de buen grado la muleta. Manoletinas y el delirio, la borrachera de alegría cuando logra una gran estocada que hace rodar a su enemigo. Una oreja, dos vueltas triunfales al ruedo y salida a los medios.

El toro que cerró plaza llegó a la muleta quedado, y Valencia dio una lección de lidiador completo, de torero de recursos, ante un toro que no se prestaba al lucimiento. Pinchazo sin soltar y otra gran estocada, y se borda el entusiasmo, le alzan a hombros y da así una vuelta al ruedo en medio de una atronadora ovación. Un matador de toros que dará muchos días gloria a la Fiesta.

Antonio Bienvenida ha estado hecho un auténtico maestro. De la suavidad, hondura y clasicismo de su toreo no voy a decirles nada, pero sí tengo que hacerlo de su manera de lidiar, de dirigir la lidia, de torear. de estar en la plaza. Sus finos lances, el juego maravilloso de su muñeca, el dominio, la facilidad tan difícil de su toreo, hicieron que la música acompañase sus dos trasteos muleteriles y que las ovaciones se sucedieran de continuo. Torero para paladares exquisitos, catedrático del toreo, torero, en suma, de los que debían abundar más. Mató a su primero de tres sangrías y se le ovacionó, y cortó la oreja del cuarto, tras de matarlo de media estocada, dando la vuelta al ruedo recogiendo prendas de vestir. Antonio Bienvenida, ¡un torero!

Cuando alguna vez se quiera recopilar todas las lecciones, todos los conocimientos que se precisan para hacer a un torero, habrá que recurrir a este Antonio Ordóñez, que torea, dándole la lidia adecuada, a todo lo que le suelten por los chiqueros. Su primer toro le frenaba ante los capotes, no quería ver a los montados y hacía cosas de estar reparado de la vista. Un regalo. Pues bien, Antonio Ordóñez, tras lidiarlo inteligentemente, hizo el milagro de poder sacarle un partido insospechado. Toreó como sólo él sabe hacerlo, por naturales, derechazos y de pecho, y hasta los adornos tuvieron médula de cosa fundamental. Faena malograda al final por la mala suerte con el pincho. AI quinto lo toreó igualmente con el capote entre continuas ovaciones, y la faena también, al igual que la primera, fue musicada y jaleada de continuo. Los derechazos tuvieron una largura y un temple difícil de superar, los pases de pecho fueron asombrosos y los  naturales logradísimos.
Cómo sería la cosa, que, pese a pinchar en dos ocasiones antes de agarrar la estocada, le fue otorgada la oreja de su enemigo, con la que dio triunfalmente la vuelta.

Una gran corrida, en la que Antonio Bienvenida y Ordóñez han dado lecciones de bien torear y Valencia les ha respondido adecuadamente.

G. DE CÓRDOBA

Victoriano iniciando un perfecto pase de pecho
el día de su alternativa en Barcelona.

Página publicitaria de Victoriano en El Ruedo 1958
                          


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