Un reportaje de “Curro
Fetén” para Radio Hospitalet.
D. Mariano Rey Soler es un
hombre campechano, cordial y simpático a carta cabal, que no precisa
presentación de ninguna clase. Su figura es hartamente conocida por todos los
aficionados y si hubiera una orden taurina en la que se congregasen los de más razón,
categoría y solera, él estaría en ella por méritos propios, por su dilatada
vida de más de cuarenta años viendo y viviendo los toros.
Rey Soler es una figura y
un nombre dentro del mundillo de los toros. Una figura familiar en todos los
ruedos de España, mirando desde su barrera con aire del que está de vuelta de
todos los casos y las cosas que pasan en el ruedo. Por ello hemos querido traer
a esta sección de “Hablan los aficionados” a este hombre, prototipo y ejemplo
de lo que debe ser un buen aficionado, que sabe de las alegrías y los
sinsabores del toreo como pocos, por haberlo vivido muy de cerca.
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¿Cuándo dio comienzo su afición taurina?
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Creo que desde que tengo uso de razón. Allá
por el año 1909. En época de Pacomio Peribañez, El Gallo, Gaona, Machaco…
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Y de todas las épocas que ha vivido,
¿Cuál quisiera vivir de nuevo?
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La de Manolete, desde el principio al fin.
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¿Qué admiraba de él?
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Su valor, vergüenza, pundonor, su olvido de
que tenía muchos millones y seguía jugándosela igual, tan igual, que por no
dejar de ser Manolete, murió en Manolete.
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¿Qué cree que es primordial en la
fiesta, el toro o el torero?
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El toro, sin duda alguna.
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Entonces, ¿Es usted torista?
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Desde que nací, porque si, efectivamente en
aquella época salía el toro, la baraja taurina la componían muy pocos toreros.
Ahora bien, comprendo que si el toro con años trapío y romana se tuviera que
torear hoy, no se le podrían dar los once o doce naturales en una serie, pues
el toro aprende enseguida por el sentido que le da la edad.
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¿Prefiere
el toro andaluz o el charro?
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Esta es una pregunta difícil, pues no puedo
negar que en Extremadura, Salamanca y Castilla y antes en Navarra, también se
criaban toros con casta y trapío, pero si particularmente me anunciasen corridas
de toros, sin despreciar ninguna zona, yo prefiero siempre el toro andaluz.
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Y ya que estamos hablando del toro,
¿Por qué no pasamos a la suerte de varas?
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Personalmente no veo que la decadencia en
que está hoy sea por falta de buenos picadores, pues si en todos los tiempos
los hubo, hoy los siguen habiendo, menos, pero los hay. Ahora bien, no es lo
mismo hacer la reunión con el toro llevando el caballo empaquetado con un monto
excesivo de kilos en el peto, a hacerlo limpiamente, con agilidad en el caballo
y dominio del picador sobre el animal. Se habla mucho de cambiar las puyas, o sea,
el castigo que con las mismas se da a los toros y me parece bien, pues soy del
criterio de que muchos de los astados que hoy vemos picar, si la puya fuera
como las de antes, también aguantarían 8 o 10 puyazos pues hay vara de hoy que
supone tres o cuatro de las que se ponían en aquellos tiempos.
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Vamos ahora a hablar sobre el torero y
las distintas escuelas.
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Dentro de las distintas escuelas taurinas,
mi preferencia está al lado de la llamada rondeña y con esa sola me conformo,
pues a pesar de ser corta y parca, encierra una gran pureza. Ahora bien,
también me gusta la sevillana, pero si me tengo que definir, no tendría dudas.
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¿Condiciones indispensables para ser
figura?
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La más indispensable es no creerse nunca que
ya lo es. Que la afición influya más en él, que toda otra conveniencia económica
o de privilegio.
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¿qué pondría y qué quitaría de la
fiesta de los toros?
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De quitar, quitaría las imposiciones y hegemonías
y dado a pedir, quitaría también a muchos asesores que desconocen o al menos
así lo demuestran, que a los toros, cuando son toros, hay que pegarles en la suerte de varas, sin
tener en cuenta las protestas de los profanos.
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Cambiando un poco de tema, ¿dónde le
gusta más ver los toros?
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En las plazas pequeñas, en los festejos de
los pueblos, donde no cabe la concentración de masas, por lo que la emoción no
es igual que la que se percibe en las plazas monumentales, ya que es donde se
vive más de cerca la fiesta con toda su crudeza.
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¿Algo sobre el “caso Chamaco”?
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Para mi te diré que no hay tal caso, ya que “Chamaco”
quieran o no, es una realidad y un hecho incontrovertible que nos hallamos ante
un nuevo meteoro taurino. Si “Chamaco” no nos hubiese convencido a los
aficionados viejos taurinamente como un caso especial dentro del arte de
torear, esos aficionados de antaño tendríamos que agradecerle el resurgimiento
que ha dado a la Fiesta, hasta el extremo de conseguir llevar a las plazas a
masas que nunca pisaron como espectadores un ruedo. A este propósito quiero
hacerte constar que no veo ninguna razón a esa sinrazón de querer enjuiciar a
un muchacho que en definitiva está en sus principios, como si se tratase de una
figura con muchos años de ejercicio en su profesión, queriendo que sobre su
personalidad feble pero rotundamente taurina, pese toda la responsabilidad de
la Fiesta. He presenciado en mi vida muchas apariciones de toreros que
prometían ser y pudieron haberlo sido, pero “Chamaco” se propuso ser, lo es y
lo será si Dios le acompaña y le da la suerte que como persona y torero se
merece.
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Que así sea!!
NOTA:
(D. Mariano rey Soler ejerció durante años el cargo de presidente de la Unión Nacional
de Asociaciones Taurinas, lo que posteriormente se conocerá como Real Federación
Taurina de España)
Barcelona, junio de 1955.
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