Esto era lo que se
escuchaba a la salida de la plaza de Las Arenas, donde había hecho su presentación
ante sus paisanos. Escribo este comentario con la gratísima impresión que me ha
producido toda la actuación del novillero catalán. Mucho había dicho sobre la
personalidad y categoría artística de Bernadó, pero lo de hoy ha sido de
locura. Qué manera de torear con temple, mando y sabiduría. Sin ningún género
de dudas, la actuación más completa en lo que va de temporada ha estado a cargo
de este muchacho.
Su capote y muleta parecen dormir ocho siglos de historia. Qué tranquilidad y aplomo imprime a todos los lances. Joaquín Bernadó es el torero de la lentitud, que hace que sus muletazos duren una eternidad. Estética asombrosa. Figura y movimiento de torero. Ni un mal paso. Ni un gesto feo. Ni un átomo de reparo que oponer a su labor.
Su capote y muleta parecen dormir ocho siglos de historia. Qué tranquilidad y aplomo imprime a todos los lances. Joaquín Bernadó es el torero de la lentitud, que hace que sus muletazos duren una eternidad. Estética asombrosa. Figura y movimiento de torero. Ni un mal paso. Ni un gesto feo. Ni un átomo de reparo que oponer a su labor.
Cómo torearía con el
capote, que le han tocado la música en dos ocasiones y ha tenido que saludar
montera en mano. Hay que ver con qué elegancia y aplomo cargaba la suerte, cómo
llevaba a los novillos toreados con una visión asombrosa de lo que debe ser la
lidia de un toro. Dobladas sapientísimas, trincherazos, derechazos, naturales
asombrosos, medios pases llenos de sabor y colorido… oro de ley.
Su primer toro, que no era
facilón, ha pasado una y otra vez tras la muleta de Joaquín embelesado por
ella, movida por una mano maestra. Y a su segundo lo ha toreado cómo y dónde ha
querido, siendo en todo momento dueño absoluto de la situación y el que
imperaba con su saber y arte en la plaza. La espada le ha privado del corte de
orejas en su primero, pero ha dado dos vueltas al ruedo entre el auténtico
entusiasmo de los concurrentes. Y en su segundo, tras pinchar muy bien, le
cortó la oreja en medio de una gran ovación y fue sacado de la plaza en hombros
en una de las salidas triunfales más sinceras de lo que va de temporada.
Juanito Gálvez, el torero
gitano, ha estado muy rabioso y con muchas ganas de triunfar. Se picó el
muchacho con el triunfo de Bernadó y buscó el éxito con insistencia. Con el
capote ha toreado muy bien y se ha ganado grandes ovaciones. Con la muleta,
aunque le ha sacado muletazos muy buenos, no se ha centrado del todo con su
enemigo. Le han ovacionado cuando se retiró al estribo, teniendo que saludar
desde los medios. A su segundo lo toreó con muchas ganas de lograr el éxito
grande, pero igual que en su primero, no logró cuajar una faena completa, no
acoplándose completamente con el novillo. Hubo, como es natural, música y
ovaciones y como matara de una buena estocada, fue premiado con una oreja,
saliendo seguidamente de la plaza por tener que torear el domingo en el Puerto.
Fue despedido con una gran ovación.
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Gálvez con el toro al que cortó la oreja |
Rafael Pedrosa es un buen
muletero y un excelente torero, pero adolece de que en medio de sus faenas da
carreras y saltos que no sabemos muy bien a que vienen. Torea con valor y no
poco arte y a continuación hace cosas que no le favorecen nada. Llega al
público y gusta, porque en verdad tiene valor como para acabar con la guerra,
pero le falta un poquito más de ligazón en las faenas. Con lo buen torero que
es, cuando se acostumbre a no cambiar tanto de tercio los toros y a corretear
menos por la plaza, su labor alcanzará mayor grado de perfección. Ha estado
bien, pues en sus dos trasteos al igual que Gálvez ha escuchado música y ha
dado vuelta al ruedo en su primero, porque lo atravesó con la espada, que si no
le hubieran dado la oreja que el público pedía. Alcanzó idéntico premio en su
segundo, siendo sacado al final en hombros en unión de Bernadó.
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Rafael Pedrosa, con su primer enemigo |
Los novillos de don
Bernardino Jiménez, con mucho genio pero cumplieron, pese a que algunos
salieron huidos y haciendo cosas de mansos.
Con capote y banderillas
destacó Andrés del Campo y Cantito y también Bulnes, Montilla y Granito. Por
los de aúpa, el Rubio.
Fotos: "El Rued"o Num. 520